El mundo actual está enfrentando diversos problemas relacionados con la biosfera, la sociosfera y la econosfera debido a que el cambio climático y las desigualdades sociales se han acrecentado.
Además, en muchos territorios las brechas para acceder a la era digital son cada vez más preocupantes. Esa realidad ha posibilidado la creación de iniciativas como GapSummit, una cumbre de liderazgo en biotecnología que busca resolver esos desafíos.
Este espacio cada año les abre las puertas a 100 personas de todo el mundo que demuestran que tienen el potencial para desarrollar proyectos innovadores. Así mismo, convoca a expertos consolidados que cumplen la función de guiarlos e inspirarlos.
Entre los postulados para hacer parte de la edición más reciente llevada a cabo, fue seleccionado Diego Alexander Hernández Caro, un estudiante uniandino graduado del programa de Microbiología. Él sorprendió a los miembros de la cumbre con su destacado historial académico y su pasión para utilizar la biotecnología a favor de la sociedad.
Esos méritos le permitieron recibir un apoyo financiero por parte de la Universidad de los Andes y viajar hasta el Magdalene Collegue, situado en el Reino Unido. Allí participó en el “Voices of Tomorrow”, un concurso de alta importancia en el que a 20 grupos se les asigna el reto de crear una solución biotecnológica que sirva para controlar alguna de las problemáticas que está enfrentando la humanidad.
Fue así como trabajó durante 3 meses junto a sus pares e hizo parte del equipo que ganó el tercer lugar y recibió un premio adicional al final de la jornada.
¿En qué consistió el proyecto?
Diego Hernández y sus compañeros se interesaron por optimizar la producción de metano producido a partir de los desechos orgánicos y propusieron el diseño de 2 circuitos genéticos. El primero de ellos enfocado en transformar el ácido sulfhídrico —un subproducto indeseado que se genera durante la producción del gas— en un compuesto de fácil separación que permite obtener una sustancia más pura y con una mayor eficiencia en su combustión.
El segundo, encargado de transformar el metano en biometanol, otro biocombustible con una mejor densidad energética y que es más fácil de almacenar y transportar porque a temperatura ambiente se encuentra en estado líquido.
En esta idea se utilizó la biología sintética a favor de la comunidad y se le apostó a una producción que recicla un gran número de materiales. Ese plus permitió que Diego y sus compañeros no solo quedaran en el ranking principal de la competencia, sino que fueran galardonados por Illumina, la empresa pionera en sostenibilidad.