“Es importante que las entidades estatales, privadas, públicas y académicas empiecen a celebrar la participación de la mujer en espacios que definitivamente son trascendentales. Así es como se puede seguir con la hermosa labor de impulsar la ciencia y la equidad de género”.
Con esa declaración, Natalia Jaramillo, magíster en Geografía de la Universidad de los Andes y asesora en Asuntos Antárticos Científicos de la Comisión Colombiana del Océano, le dio apertura vía virtual al conversatorio ‘Mujeres en la Antártica’, que se desarrolló en Uniandes el pasado 16 de febrero, en el cierre de la semana del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.
Las panelistas fueron tres investigadoras que han sido parte de las expediciones antárticas. Andrea Bonilla, magíster en Ciencias Marinas y Costeras de la Universidad de Baja California; Nancy Villegas, doctora en Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad Hidrometeorológica del Estado Ruso (RSHU) y Diana María Quintana, doctora en Ciencias del Mar de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Mientras que, la moderadora fue María Angélica Leal, maestra en Biología de la Universidad Nacional de Colombia.
En el inicio de la conversación que organizó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, con el apoyo de Los Andes y el Programa Antártico Colombiano, las científicas expresaron que el hecho de poder analizar especies marinas que solo están allá y estudiar factores como la calidad de agua, fueron sus motivaciones para ir a la Antártica.
Pero también advirtieron que, al comparar su primer y su último viaje, han evidenciado cambios alarmantes en el continente más frío del mundo. En el presente ya no se visualiza solo el glaciar, sino que se encuentran rocas, pequeñas partes de musgo y se ha llegado a tener una temperatura de hasta 10 grados centígrados.
“Lo que pasa en la Antártica afecta la salud alimentaria, la vivienda, el clima y las dinámicas en general. Es fundamental realizar estudios interdisciplinares que relacionen a ese continente con el Caribe y el Pacífico para encontrar soluciones”, afirmó Nancy Villegas.
Y es que, desde sus disciplinas de estudio, estas tres científicas ya han ido trabajando en ese propósito. En sus expediciones, Andrea Bonilla se ha dedicado a estudiar los sonidos debajo del agua para entender cómo se localizan, se reproducen o se alimentan los animales que son moderadores de la cadena trófica antártica, como la foca leopardo.
Nancy Villegas se ha enfocado en evaluar los diferentes climas y condiciones océano-atmosféricas que existen dentro de la Antártica. Sus primeros resultados han indicado que, aunque la parte este se está volviendo más fría, en la zona oeste se está incrementando el calor y la temperatura de las aguas.
Y Diana María Quintana, la única mujer civil que participó en la primera expedición que hizo Colombia en la Antártica en el 2014, ha estado vinculada a proyectos en los que se ha revisado cómo está el agua en ese continente. De esa manera, entre las conclusiones más reveladoras, la científica y su equipo de trabajo han encontrado rastros de microplástico.
“Las señales de cambio son notarias y, por lo tanto, hay que evitar que los gases nocivos lleguen a la Antártica. Para eso es indispensable disminuir la huella de carbono y ser conscientes de que todo lo que hacemos llega al océano”, concluyeron las tres panelistas expertas.
“El buque se convierte en una universidad porque tienes la posibilidad de aprender de diferentes proyectos y, adicionalmente, compartir con múltiples organizaciones”, agregó Diana María Quintana.